La apuesta araucana del enólogo Francisco Baettig
Después de casi 10 años de trabajo, la marca vinos Baettig por primera vez tendrá distribución a pequeña escala en Chile, comercializando vinos que produce en la no tradicional zona de Traiguén.
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Han pasado diez años desde que Francisco Baettig, el enólogo jefe de Viña Errázuriz, comenzó su apuesta propia en el sur de Chile. Acostumbrado a elaborar vinos premium a través de Viñedo Chadwick y Seña, hace unas semanas comenzó a comercializar en el país el vino que elabora en La Araucanía.
Baettig junto a su socio Carlos de Carlos -ingeniero comercial-, querían desarrollar vinos de alta gama y valor agregado. Tras dos años de búsqueda, encontraron un lugar poco tradicional para plantar pinot noir y chardonnay, sus cepas favoritas, en Traiguén, en la provincipa de Malleco, La Araucanía. No hace falta decir que el lugar es poco común para la industria vitivinícola, pero va en línea con las apuestas cada vez más australes que han estado realizando distintos viñateros.
Allí plantaron el viñedo Los Suizos, sobre una meseta de suelos volcánicos entre los ríos Quino y Traiguén, con vistas al volcán Llaima. La zona era perfecta para producir "vinos elegantes": en el lugar podrían hacer viticultura de secano y las radiaciones no serían un problema. A la fecha, ya tienen 15 hectáreas planteadas.
"Teníamos ambos una inquietud de poder tener una propuesta de largo plazo de vinos propios, tanto Francisco como yo tenemos hartos años en la industria de vinos y también afuera, en otros mercados. Entonces queríamos construir una marca de valor para Chile. Era nuestro sueño", cuenta De Carlos.
Y aunque ya llevan varias cosechas, su destino había sido principalmente la exportación: Inglaterra, Dinamarca, Hong Kong y Japón, fueron el foco. Hace tres semanas ya se vende en Chile. "Nos tomamos mucho tiempo porque al momento de lanzarlo queríamos hacerlo de la forma adecuada, con un producto de alta calidad", dice Baettig.
Aunque en un escenario como el actual buscar un distribuidor y lanzar vinos Baettig parecía no ser el mejor momento -considerando el cierre de restaurantes y hoteles producto de la emergencia sanitaria-, siguieron con el proyecto.
"Hay que considerar que estamos recién partiendo, no tenemos una cantidad de producción que tengamos que salir a colocar sí o sí en otros mercados, porque tenemos una producción pequeña y de producción limitada. Pero el gran desafío de nosotros ha sido poder etiquetar y poder salir a los mercados en los tiempos adecuados porque hay sobrestock y hay entregas atrasadas de insumo", explica Baettig.
Dicen estar esperanzados de que el segundo semestre se recuperará el desfase que existe entre embarque y consumo. Pero, de todos modos, hoy el foco de los socios está en Chile y mostrar el producto de la única forma que se puede: el e-commerce.
Para esto, buscaron un distribuidor que calzara con su filosofía de negocios y que tuviera venta por el canal digital. Ahí apareció Grandes Terruños, el área de distribución de vinos Miguel Torres, que cubre todos los canales de distribución y comercializa tanto a nivel nacional como internacionalmente. La distribuidora hoy cuenta con un catálogo de marcas que incluye Casa Lapostolle, Casa Bauzá, Haras de Pirque, Viñedos de Alcohuaz, Loma Larga, La Causa, Baron Philippe de Rothschild, entre otras.
"La principal razón con la cual estamos trabajando con Grandes Terruños es porque tenemos una afinidad en términos filosóficos de negocio. Nos gusta trabajar con viñas que son familiares, que son boutique y que son alta calidad", dice De Carlos.
Esto, en línea con los planes de la distribuidora, que busca que el canal digital suba de representar 1% de las ventas, a 10%. Sin ofertas de precios, además.
Aunque en general las viñas apuestan por generar experiencias diferenciadas, algo que es difícil generar en los canales de venta digitales, Jaime Valderrama, director general de Grandes Terruños, dice que es un canal que hay que fortalecer mientras vuelven a abrir de forma normal los restaurantes.
"Este negocio se trata de la experiencia del cliente consumiendo los vinos. El e-commerce no es la salvación ni de las viñas, ni de las distribuidoras", dice Valderrama.